PALABRA DE MUJER

 SECCIÓN DE MACARENA ALONSO 

ESPAÑA


EL HECHIZO

            “Caminaba sola. Pisaba el empedrado dejándose llevar por el abandono, parecía un espíritu errante que arrastrara enormes cadenas. El sol del ocaso se resistía a ceder espacio a la dama de la noche. Su luz se veía relegada por la de las farolas que alumbraban el trazado del puente, como cirios en una procesión de Semana Santa.

            Aquel majestuoso puente de cinco arcos unía las dos márgenes de su Imperial ciudad. Había sido testigo de sus andanzas de niña y de sus sueños de adulta, unos sueños rotos por el puñal del dolor.

            Adela se acercó al pretil, inclinó la cabeza y contempló el discurrir tranquilo de las aguas que se alteraban al alcanzar la presa. Las evocaba agitadas como su tormentosa vida. Imaginó pececillos brincando en un continuo jugueteo. Fijó la mirada en el azul oscuro que impedía transparentar el fondo y se entregó a los brazos del recuerdo. Una lágrima de amargura enturbió su semblante.

            Subió a lo alto de la piedra. Abducida por el fluir del río se sintió flotar cual pompa de jabón. Una especie de canto de sirena encandiló sus oídos.

            —Ven…  ven conmigo…  —le susurraba.

            Unos pasos se escucharon a su espalda, pero ella no se percató. Una figura se aproximó con cautela, respetando el silencio. Repentinamente, un aroma familiar arrebató el olfato de Adela. Era un perfume masculino. Aspiró profundo dejándose cautivar por él, cerrando los párpados para percibirlo con mayor intensidad. Entonces, los cantos cesaron y abrió los ojos. Temía darse la vuelta. ¿Y si era él? ¿Cómo reaccionaría? ¿Se echaría en sus brazos? ¿Le perdonaría todo el daño causado?

            —No lo hagas —le dijo una voz varonil —. Eso que ahora te parece tan terrible pasará. Dame la mano, deja que te ayude. Solo tienes que confiar en mí, sé de lo que hablo.

            Adela despertó del ensimismamiento. Aquellas aguas que la seducían para que se arrojara, se tornaron traicioneras y sombrías. Después de haberlo escuchado supo que no se trataba de él. Se sentía tan avergonzada... `¡Dios mío! ¡He estado a punto de hacerlo! No puedo mirarle a la cara ¿Qué pensará de mí? Me tomará por una loca desesperada´, se dijo.

            —Dame la mano — insistió el hombre.

            Su tono sosegado terminó por convencerla. Se giró muy despacio. De súbito, el pie derecho resbaló sobre la piedra y se tambaleó como una hoja sacudida por el viento, pero el desconocido la sujetó y la atrajo hacia sí. Quedaron tan próximos el uno del otro que apenas una brizna de aire podía colarse entre ambos. Se miró en las pupilas de aquel extraño y creyó ver las del hombre al que tanto había amado. Desconcertada, acercó sus labios hambrientos de deseo. Él la separó levemente.

            —Creo que me estás confundiendo con alguien. Mi nombre es Lucas. Ven conmigo, crucemos y sentémonos en ese banco. Charlaremos.

            —Me llamo Adela —dijo confiada.

Serena como la claridad del alba, embriagada por una paz incomprensible, se dejó guiar, pisando el empedrado, atravesando su querido Puente de San Martín”.

            —¡¡¡Corten!!! —La voz del director irrumpió enérgica— ¡Perfecto chicos, la toma ha sido buena! ¡Excelente trabajo! ¡Os felicito! Esta escena de la novela ha quedado estupenda, al autor le gustará. Podéis descansar.

            La actriz sonrió al galán y él la correspondió. Después se besaron en la mejilla y marcharon entrelazados por la cintura, satisfechos.                                             


Macarena Alonso, diplomada en Ciencias Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid.  Trabaja en la Admón. Regional de la Junta de la Comunidad de Castilla-La Mancha.  Pertenece a la Asociación de mujeres “María de Padilla’’, referente en la lucha por la igualdad y contra la violencia de género.  Ha publicado las novelas El Paraíso de las mujeres perdidas (Ledoria 2015) y El rostro dormido en el espejo (Ledoria 2018), y su primer poemario Cicatrices de esperanzas (Ledoria 2019).  Su última novela Camila (2021), obtuvo el galardón de Obra Finalista del Premio de Novela Ateneo de Sevilla 2020.  Ha publicado cuentos en las revistas Hermes, La esfera cultural y Cuatro Calles, también poemas en las Antologías poéticas Mujer Girasol, Hartura y Encuentros poéticos Casa de Córdoba, microrrelatos en los libros Cachitos de amor III y Bocados sabrosos, algunos premiados en certámenes literarios.   Colabora con la revista cervantina Galatea y también con Onda Viva, Radio Sonseca, y Onda Capital, Radio Sevilla.  







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