JOSEP MARÍA CLARAVALLS
En la países más ricos del mundo, las navidades son alegres por la cantidad de luces que vemos en las ciudades y poblaciones, y principalmente porque se reúnen las famílias para celebrar las fiestas Navideñas. Muchos familiares viajan desde distintos lugares, no solo de diferentes provincias de un mismo país, incluso los que trabajan en otros países lejanos, porque quizás son las únicas fechas del año en que se pueden reunir con sus familiares, muchas veces separados por trabajos o estudios, y así poderse abrazar y para celebrar las comidas con derroche y abundancia. También hay que destacar la gran cantidad de compras en todo tipo de tiendas, las cuales no paran de vender muchos artículos, quizás más que en todo el año, porque Papa Noel y los Reyes Magos de Oriente, tienen que comprar para regalar a los niños y también a los mayores. Además la gente acude a los comercios para comprar comida y bebidas para las cenas de los días navideños. Parece que todo es alegría y no existe la tristeza, pero si nos paramos a pensar, notamos la ausencia de familiares y amigos que se han ido al cielo, porque como dice la canción de Julio Iglesias, la vida sigue igual: unos que nacen y otros morirán, la vida tiene un límite y estas personas que nos faltan y queríamos se han marchado y las echamos de menos en nuestras mesas.
También las Navidades son muy tristes para las personas que están enfermas y sus familiares.
Debemos agradecer a las personas que trabajan en la sanidad, tanto médicos/as, como enfermeros/as, a los policías y otras personas que les toca trabajar, al menos algún día de todas las fiestas Navideñas, pues hay empresas en la que los trabajadores también trabajan a turnos y que no pueden dejar de producir como los hornos de hierro, centrales nucleares y otros productos de las cadenas de montaje, que en algunos lugares no se detienen.
Hoy en día parece que los amigos con las últimas tecnologías, tengan como una obligación felicitar a través de las redes sociales, sobre todo el Messenger de Facebook, WhatsApp, Instagram o tick tock. No hay duda de que estas felicitaciones nos dan alegría a todos, tanto si las recibimos como si las mandamos, todos deseamos muchas felicidades en las fiestas Navideñas y un próspero año nuevo.
Pero también hay tristezas porque existen familias separadas, por discrepancias o por problemas generalmente de herencias, hermanos que han roto su amistad por los problemas indicados. También hay parejas separadas que tienen que procurar que los niños estén en los días de fiesta, repartidos separados en cada uno de los que fueron pareja, por esto digo que las Navidades también son tristes, y esto también suceder en los países más ricos, lo que quiere decir que hasta los ricos tienen problemas por discrepancias y por tanto no son tan felices.
Pero no debemos olvidar que, en los países ricos y más adelantados, también hay personas que viven en el lumbral de la pobreza, que tienen que recibir ayudas de ONG como la Cruz Roja, también por otras ONG que practican la caridad y se dedican a dar comida y ropa para paliar la falta de ingresos de estas personas, que siempre están en los países adelantados, algunas com problemas de adicción que terminan siendo indigentes.
Pero si hablamos de otros países, que son más pobres, vemos que las Navidades parece que tienen poco sentido o no existen, porque hay personas de países tercermundistas que tienen problemas para comer cada día, incluso para tener agua para beber, donde normalmente la inflación y el bajo poder adquisitivo, no les permite comprar muchas cosas con lo que ganan de sus a veces diversos trabajos, normalmente muy duros.
Para finalizar quisiera ser optimista para estas fiestas Navideñas, pero no puedo serlo, mentiría si dijera que las Navidades son felices pensando en lo que está ocurriendo en el mundo, sin dejar de pensar en las guerras que tenemos en diferentes lugares del mundo, donde mueren muchos jóvenes y la mayoría tienen que ir al frente por obligación. Algunos políticos dirán que son patriotas, pero creo que a nadie le gusta morir en una guerra por muy patriota que sea.
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